Debido a la gran escasez de mascarillas que existe en el mercado para paliar la pandemia de COVID-19 que esta sufriendo la gran mayoría de la población de nuestro planeta, son innumerables la cantidad de empresas y particulares que están fabricando a contrarreloj mascarillas con el fin de distribuir a todos los hospitales, personal sanitario, cuerpos nacionales y ejercito entre otras. Sin embargo se ha podido observar una gran variedad de todas ellas. Pero, ¿son eficaces las mascarillas que se están fabricando?,¿garantizan la protección necesaria frente al COVID-19?,¿cumplen con normativa y disponen de registro sanitario?. Recordemos que las mascarillas deben ser esterilizadas o higienizadas pues van a estar en contacto directo con la cara, nariz y boca.
El viernes pasado el Ministerio de Sanidad afirmo que casi 9.500 sanitarios han dado positivo en coronavirus.
Por lo que se sabemos el coronavirus SARS-CoV-2 produce la enfermedad Covid-19 y se propaga principalmente de persona a persona, sobre todo mediante gotículas respiratorias que se producen cuando una persona infectada tose o estornuda. Estas gotitas (<5μm) pueden llegar a la boca o la nariz de las personas que se encuentren cerca y posiblemente entrar a los pulmones al respirar.
A su vez esas gotitas se pueden depositar en diferentes superficies y objetos, que al tocarlos pueden ser incorporados a las manos, lo que es potencialmente infeccioso si la persona luego con esa misma mano se toca la boca, nariz y los ojos. Por tanto la tasa de contagio es de 1,4 a 2,5 aunque otras estimaciones hablan de un rango entre 2 y 3. Esto quiere decir, que cada persona infectada puede a su vez infectar a entre 2 y 3 personas. Para controlar una epidemia, la R0 necesita disminuir por debajo de 1.
¿Qué tipos de mascarillas hay en el mercado?
En líneas generales, existen varios tipos principales de mascarillas:
- Las mascarillas quirúrgicas: son las que se utilizan en cirugías y otros procedimientos. Se pueden utilizar para evitar el contacto con las salpicaduras de fluidos y/o sangre potencialmente patógenos (por ejemplo, en la realización de endoscopias, autopsias, intubaciones, etc.). Pueden ser planas o plisadas (algunas tienen forma de taza) y se atan a la cabeza con cintas. Protegen más al resto de personas que a quien la lleva puesta, pues ejercen básicamente de barrera al estornudar o toser, para evitar la emisión de gotículas respiratorias con posibles microorganismos “de dentro a fuera”. Por tanto, tienen la finalidad de evitar la transmisión de agentes infecciosos por parte de la persona que la lleva, pero no son efectivas para prevenir el contagio.
- Las mascarillas filtrantes: también denominadas autofiltrantes. Estas contienen un filtro de micropartículas gracias al cual pueden proteger “de fuera hacia dentro” en distintos grados. Su finalidad es proteger al usuario frente a la inhalación de contaminantes ambientales en partículas o aerosoles, tales como agentes patógenos, agentes químicos, antibióticos, citostáticos, etc. No protegen frente a gases o vapores, si bien existen máscaras con filtros específicos para esos casos.Las mascarillas autofiltrantes se rigen bajo la normativa europea UNE-EN 149 y se clasifican en base a su rendimiento en:
- FFP1(filtro de partículas tipo P1): tienen una eficacia de filtración mínima del 78% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 22%. Suelen emplearse frente a partículas de material inerte.(Precio ud entre 1 y 3 euros).
- FFP2(filtro de partículas tipo P2): tienen una eficacia de filtración mínima del 92% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 8%. Se utilizan frente a aerosoles de baja o moderada toxicidad. (Precio ud entre 2 y 4 euros).
- FFP3(filtro de partículas tipo P3): tienen una eficacia de filtración mínima del 98% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 2%. Se utilizan frente a aerosoles de alta toxicidad. (Precio ud entre 3 y 5 euros).
Ejemplos actividades de aplicación:
Las mascarillas autofiltrantes pueden tener o no una válvula de exhalación para reducir la humedad dentro de la mascarilla, proporcionando una mayor comodidad al usuario y ofreciendo la sensación de una menor resistencia respiratoria; las mascarillas con válvula no deben utilizarse en ambientes estériles.
En general, las mascarillas autofiltrantes deben ser desechadas tras su utilización si no es posible mantenerlas en buenas condiciones higiénicas para su reutilización. Deben ir marcadas con el nombre o marca registrada e identificación del fabricante, identificación del tipo de mascarilla, el marcado CE, y la identificación clara de los componentes y partes diseñadas para ser reemplazadas por el personal autorizado.
¿En qué situaciones deberían emplearse las mascarillas?
Las mascarillas quirúrgicas son recomendables en el caso de pacientes diagnosticados de COVID-19 y de los casos que estén en investigación. En general, el Ministerio de Sanidad recomienda que a cualquier paciente que acuda a un centro sanitario con sintomatología de infección respiratoria se le ofrezca una mascarilla quirúrgica (marcado CE y norma UNE 14683).
Por otro lado, la O.M.S. recomienda, para procedimientos de aislamiento o con posible generación de aerosoles infecciosos, el uso de mascarillas autofiltrantes con una eficiencia de filtración de al menos el 95% para partículas de 0,3 micras de diámetro. Esto equivale a una mascarilla N95 según normativa americana, que en trasposición a la europea, equivaldría a un nivel de protección intermedio entre la FFP2 y FFP3.
Por otro lado el Ministerio de Sanidad recomienda, como medida de precaución, que el personal sanitario que atienda a casos en investigación, probables o confirmados para infección por SARS-CoV-2 o las personas que entren en la habitación de aislamiento se pongan, como parte de su equipo de protección individual, una mascarilla FFP2. Las personas involucradas en procedimientos médicos sobre la vía aérea, como la intubación traqueal, el lavado bronco-alveolar, o la ventilación manual, deberían emplear una mascarilla FFP3 de alta eficacia y en caso de ausencia utilizar mascarilla FFP2.
Asi pues, las mascarillas autofiltrantes pueden proteger en un alto porcentaje de un posible contagio sobre las personas infectadas, sobre todo especialmente en el entorno hospitalario, si bien es necesario subrayar que una mascarilla por si sola no proporciona suficiente protección y deben tomarse otras medidas preventivas como realizar una buena higiene de manos.
Respecto a las mascarillas quirúrgicas u otras no autofiltrantes únicamente garantizarían la seguridad del que las lleva hacia afuera con el fin de no infectar al exterior, pero no protege de fuera hacia adentro.
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